La reproducción y origen
Determinación del sexo
La determinación del sexo de los individuos de la colonia se realiza por un sistema llamado haplodiploidía, esto significa que el sexo de los individuos dependerá del número de copias de cromosomas que tenga.
Así, tendremos abejas de casta femenina cuando provienen de huevos fecundados (diploides), es decir, copias genéticas del padre y de la madre en el núcleo de sus células.
Tanto las obreras como la reina son ambas hembras, pero sus morfologías y actividades bien diferentes, por lo que, las dos son genotípicamente iguales, pero fenotípicamente (el aspecto exterior) son distintas. O sea, siendo sus genes iguales, sin embargo, el individuo formado no lo es. Posteriormente, veremos que la diferencia está en la alimentación.
Por otra parte los individuos de la casta de los machos, zánganos, provienen de huevos no fecundados. ¿Cómo? La reina, al no oprimir el abdomen en las paredes de la celdilla (más grande) los deposita sin fecundar, sin mezclar por lo tanto ovocito y espermatocito, por lo que poseen solamente una copia genética proveniente de su progenitora (haploides).
El papel de la alimentación
Cualquier abeja obrera podría haberse convertido en reina, no hay ninguna limitación genética. La diferencia radica simplemente que en la etapa primera de su desarrollo larva, es decir, cuando del huevo puesto por una reina se determina que va a ser hembra, si esa larva recibe alimentación específica con jalea real, entonces su desarrollo anatómico-fisiológico se orienta hacia el de una reina con todo el aparato reproductivo plenamente desarrollado.
En cambio, si esa larva recién nacida se alimenta con polen y miel, se transforma en obrera. Es como un comportamiento dual, en el que la alimentación marca que determinados genes se encienden y actúen o, por lo contrario, se apaguen (epigenética).
Tipos de abejas. Las Tres castas: Reina, obrera y zángano
LA REINA
Función de la abeja reina
Poner huevos y regular las actividades de la colonia mediante feromonas.
Nace como reina virgen. Para estar en disposición de poner huevos primero debe aparearse, un proceso que se producirá solo una vez en su ciclo de vida y que suelen comenzar entre su sexto y décimo día de vida dependiendo de la raza.
El apareamiento tiene lugar en pleno vuelo (comúnmente conocidos como vuelos de fecundación) donde se fecundará con los zánganos de su alrededor en la conocida zona de congregación de zánganos, donde estos se reúnen. Estos vuelos nupciales se realizarán en diferentes ocasiones y ocurren durante la parte más cálida del día y si hace buen tiempo.
La hembra, por su parte, volverá a la colmena, donde las obreras limpiarán los restos del zángano de su abdomen y la obligarán a volver a salir a fecundarse hasta que esté suficientemente fecundada. Cuando la reina concluya sus vuelos de fecundación, regresará a la colmena para no volver a salir, excepto en el caso de una nueva enjambrazón. Pero la reina solo dispone de unos 20 días de celo, luego pierde sus feromonas de atracción de zánganos y se fecundará mal, o no lo hará.
De media, en nuestra zona, la reina se suela fecundar con unos 15-20 zánganos.
Morfología de la reina
Se caracteriza por su abdomen muy desarrollado, su tórax más voluminoso que el de la obrera y su lengua reducida y la ausencia de cestillo de polen en su tercer par de patas.
Ciclo: 16 +/- 1 días de desarrollo
Lo que la hace diferente es el hecho de estar sobrealimentada exclusivamente con jalea real durante todo el periodo larvario, provocando un crecimiento acelerado, llegando a incrementar 2.500 veces el peso del huevo en menos de 6 días.
Las celdillas donde emerge la reina, conocidas como realeras, son diferentes a las de obrera y zángano. Es importante identificar los diferentes tipos de realeras.
La jalea contiene hormonas fundamentales: ecdisona, hormona juvenil, etc., necesarias para esa aceleración del periodo larvario, siendo en el más corto de todos: 5,5 días.
LA OBRERA
Morfología de la abeja obrera
Hembra con el aparato genital atrofiado. La lengua muy desarrollada permite la recolección de néctar, y sus patas traseras, tienen una formación especializada para la recolección del polen y la del propóleos. Tiene grandes capacidades de adaptación fisiológica y conductual, así como unos órganos muy especializados:
- Las glándulas hipofaríngeas que segregan sustancias destinadas a alimentar las larvas, como la jalea real.
- Las glándulas de la cera, sus placas cereras, producen cera para la construcción de las celdillas.
- Las glándulas labiales y mandibulares donde segregan una feromona de alarma que recluta «soldados» cuando se presenta algún peligro. También para moldear la cera.
- La glándula Nasanov produce una feromona que se utiliza, entre otras ocasiones, durante la enjambrazón para hacer la señal de llamada y asegurar la cohesión del enjambre en vuelo.
- Las glándulas del veneno.
Funciones de las obreras
Realizan diferentes funciones según su edad. Establecemos tres periodos: los primeros 15 días, de 15 a 30 días y de los 30 a los 45 días. Este ciclo, como los de los zánganos y las reinas, puede adelantarse o retrasarse hasta un día dependiendo de las temperaturas. Aquí un resumen de las funciones:
- Limpiadoras (primeros 15 días de vida aprox.) – Las abejas que preparan las celdas para la puesta de la reina suelen ser obreras muy jóvenes, dejando todo limpio para la siguiente generación. Por otro lado, otras algo más viejas se ocupan de evacuar los residuos y los cadáveres de la colonia, asegurando así una óptima higiene.
- Nodrizas (primeros 15 días de vida aprox.) – Se encargan de los diferentes cuidados indispensables para el desarrollo de la cría. Más concretamente, preparan la comida que necesitan las larvas y la distribuyen selectivamente en función de su edad y de su casta.
- Constructoras/Cereras (de los 15 a los 30 días de vida aprox.) – Se encargan de la construcción de las celdillas como las reparaciones y operculaciones de las celdas.
- Almacenadoras (de los 15 a los 30 días de vida aprox.) – Cuando una pecoreadora regresa a la colmena con su carga, intenta liberarse de ella para volver a pecorear. Las almacenadoras, cuya edad promedio es de unos 15 días, son las que gestionarán el destino del botín y en especial el de la miel y del polen.
- Ventiladoras (de los 15 a los 30 días de vida aprox.) – Practican la ventilación para controlar el microclima de la colonia, especialmente la temperatura. También utilizan esta técnica durante la enjambrazón, al hacer señal de llamada que sirve para reagrupar a las abejas.
- Guardianas (de los 15 a los 30 días de vida aprox.) – Desempeñan un papel de defensa fundamental. Al verificar que las abejas que entran en la colmena forman parte de la colonia, impiden el pillaje de sus reservas. También alertan sobre cualquier posible amenaza emitiendo señales olorosas para informar a sus compañeras del interior.
- Pecoreadoras (de los 30 a los 45 días de vida aprox.) – Este comportamiento aparece en las obreras de más edad y tiene objeto recolectar néctar, polen y agua, así como el propóleos. Una pecoreadora realiza una decena de viajes al día como medía, pero puede hacer más de un centenar si las flores están cerca. Las abejas que nacen cara al invierno viven más, hasta unos 3-4 meses, ya que no hacen vuelos de pecorea en esa época.
Ciclo: 21 días de desarrollo
EL ZÁNGANO
Morfología del zángano
Se caracteriza por su cuerpo más robusto y de mayor tamaño que las obreras. También tiene unos ojos más grandes y unas antenas más largas. Carece de aguijón. Alcanzan su madurez sexual a las dos semanas de nacer, y suele vivir otras 3 semanas más.
Función del zángano
Es el encargado de fecundar a la reina cuando ella lo disponga en sus vuelos de fecundación. Para ello acude a unas zonas llamadas de congregación de zánganos.
El macho que fecunde a la reina dejará sus órganos anclados a la vagina de la hembra y caerá al suelo para morir al poco tiempo.
Ciclo: 24 días de desarrollo
Es alimentado con jalea real durante los 2,5 – 3 primeros días. Luego continúan alimentando con una mezcla de miel y polen llamado pan de abeja durante tres días. Termina así el breve periodo de larva de un total de 6,5 días.
Los machos están presentes en la colonia en primavera y en otoño, y alcanzan su madurez máxima en el momento de las enjambrazones.
Entendiendo el comportamiento social de la colmena
Las abejas son insectos sociales, no podemos entender a la reina sola separada de las obreras, o viceversa. La colmena es un individuo en sí.
¿Monarquía o República?
El nombre de reina hace pensar una jerarquía, pero en realidad esta denominación viene de la época de la revolución industrial, donde se hicieron clasificaciones taxonómicas, pero fue solo una forma de nombrar al rol del individuo reproductor que se identificó en la colmena. De hecho, antaño se creía que la reina era un macho y se hablaba de «King» el rey de las abejas.
Pero no olvidemos que quienes eligen cómo reproducirse son las obreras y también son las obreras las que eligen a la futura reina. Por tanto, el rol de la reina es muy importante, pero es mucho más significativo el rol que cumplen las obreras.
Es curioso como el criador de reinas argentino Martin Braunstein define a la colmena, como un ejemplo utópico de comunismo exitoso; porque las que mandan en la colmena son las obreras y visto desde esta perspectiva es una verdadera dictadura del «proletariado», donde la reina es simplemente una «esclava» de las abejas obreras.
¿Cuánto vive una reina y una obrera?
En el caso de las obreras depende. En la época activa, primavera-verano, una abeja obrera tiene un desgaste importante, por lo cual vive aproximadamente 40-45 días. Sin embargo, si esta obrera nace en otoño y vive todo el invierno, tiene un ciclo de vida de por lo menos 120 días.
Una reina en su etapa más productiva dura entre un año y año y medio. Aunque puede vivir de tres a cinco años.
Es decir, un individuo puede vivir 45 días y otro hasta cinco años, indudablemente la alimentación tiene un rol determinante en las abejas. Ni qué decir en los seres humanos. En las abejas, enciende o apaga determinados genes que van a provocar el desarrollo o no de determinados órganos (epigenética).
¿Cuántas reinas tiene una colmena?
Una colmena típica puede tener como máximo una reina, salvo que esté en una instancia de reemplazo porque la reina actual sea decante y ellas están en proceso de criar una nueva que la reemplace.
Las abejas nunca dan saltos al vacío. Cuando una reina empieza a fallar automáticamente, se ponen a criar una. Cuando esa nueva ha demostrado que es buena, eficaz, que es de «calidad»; entonces en ese momento liquidan la otra.
¿Cuántas abejas hay en una colmena?
Puede ser mínimo en una colmena 20.000 abejas y máximo 60.000 abejas. Esa dinámica fluctuará a lo largo de la temporada, desde el invierno que la colmena está reducida a su mínimo unas 20 mil hasta el apogeo en la primavera, que podemos llegar a 60.000 abejas. Como indicación, 4 cuadros de colmena Langstroth de abejas, o 3 Dadant o 3 Layens, tienen unas 10.000 que pesarán alrededor de 1 kg.
¿Cómo se comunican las abejas?
En los insectos sociales, la comunicación, permite armonizar los comportamientos. Es importante entender el lenguaje de las abejas:
Feromonas y olores
Es un tema muy importante para entender los comportamientos de la colmena.
Los insectos se comunican por el olor de determinadas sustancias químicas. Cada individuo de la colmena puede emitir sustancias químicas que, al ser percibida por el resto de los miembros de la colonia, desencadenan en ellos un comportamiento específico.
Entre otras, una de las más importantes son las que emite la reina, que confieren estabilidad a la colonia, inhibiendo la cría de otras reinas, haciéndolas estirar cera, agruparse… y las obreras tienen constancia de que hay una reina presente, normalizando con ello el trabajo del resto de las abejas.
La reina produce varias feromonas, para evitar la cría de otras reinas, agrupar las obreras, etc. Las larvas jóvenes emiten feromonas que obligan a las obreras jóvenes a alimentarlas, y a las pecoreadoras a acopiar polen. Las larvas viejas emiten otra que fuerza la operculación. Las obreras viejas, otras que regula la cantidad de abejas jóvenes que quedan en la colmena, haciéndolas envejecer si hay mucho acopio fuera. Las obreras marcan la piquera con otra, y el olor particular de cada colmena, y a los enemigos con la feromona de alarma de su veneno.
Otra fuente de información durante la actividad de comunicación es el aroma de la flor. Existe evidencia de que estos olores se adhieren a la capa de cutícula cerosa que cubre el cuerpo de la abeja. Durante los contactos de comunicación entre ellas (danzas) es incentivada, huele el aroma y luego responde a él en forma selectiva cuando «busca» en el campo.
El apicultor debe tener presente la identidad odorífica de las colmenas en una buena parte de las actuaciones de manejo que vaya a realizar sobre las colonias.
El sentido del olfato está en las antenas.
Señales táctiles
Las señales táctiles captadas por las antenas, permiten reconocer la posición de los congéneres, pero también intervienen otros comportamientos más complejos como puede ser la trofalaxia o intercambio de alimentos.
Danza de las abejas
Cuando una abeja sale a explorar un área determinada y encuentra una fuente de alimento, lo ingerirá y enseguida volverá a la colmena a comunicarlo e indicar donde se encuentra. La forma de la danza depende de la distancia a la que esté esa fuente de alimento.
Las danzas no son empleadas únicamente cuando comunican una fuente de néctar o alimento, también lo hacen las abejas exploradoras en la enjambrazón para ubicar exactamente el lugar a los que el enjambre debe dirigirse para establecer una nueva colonia.
El conjunto
Probablemente, todos medios de comunicación se encuentren activos simultáneamente; por ejemplo, la abeja que baila genera señales químicas, de sonido, de tacto y posiblemente eléctricas que son recibidas e integradas al sistema nervioso de la receptora.
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ISNI 0000 0005 1801 1100 | Joshua Ivars es gerente de LA TIENDA DEL APICULTOR y autor del blog, donde comparte contenido técnico y práctico para apicultores. Con amplia experiencia en el sector apícola, se dedica a ofrecer consejos y soluciones basadas en las necesidades reales del apicultor, aportando su conocimiento en productos y prácticas esenciales para la apicultura.
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