POLEN DE ABEJA: Producción, manejo y comercialización

PRODUCCIÓN DEL POLEN DE ABEJA

España es el primer país productor de polen de la Unión Europea, produce entre unas 1.000 y 1.500 toneladas al año dependiendo, fundamentalmente, de las condiciones meteorológicas.

Llevamos un par de año que las ventas y el precio de polen han caído en picado en comparación de los años anteriores. Hemos creído que es un buen momento para conocer mejor el producto, su recolección y almacenado para poderlo defender lo mejor posible.

Floraciones de polen

El polen español, se recolecta fundamentalmente de floraciones silvestres. Las jaras y las estepas son una de las flores principales, que dan un polen dulce y afrutado. Pero también encontramos:

Los chupamieles, borraginaceas, es también una de las plantas típicas del polen español, estudios recientes han detectado la presencia de alcaloide pirrolizidínico en el polen de esta  familia de plantas, lo que dificulta su venta en la exportación a la UE. Hay apicultores que cuando empiezan a entrar bolas negras en la trampa paralizan la recolección.

Zona de productores polen de abeja

La principal zona productora es el sur oeste de España, donde se dan las condiciones esenciales de clima que permiten esta producción: una floración temprana, que permite un desarrollo temprano de la colmena, seguida de una buena floración de polen en la misma zona, o a la que se llega con una pequeña trashumancia. Después de aprovechar esta gran floración de polen de primavera las colmenas pueden trashumar a otras floraciones de polen más tardías y más lejanas, o dejarlas que se recuperen y aprovechar los excedentes de miel.

Las condiciones meteorológicas afectarán mucho a la producción de polen, Las primaveras frías y lluviosas dan una cosecha muy escasa, igual que las primaveras muy secas.

TRAMPAS DE POLEN

La trampa de polen que utilizamos en España es el resultado de muchas aportaciones que han ido haciendo los grandes productores de polen. Está adaptada al modelo de colmena que utilizan muchos de los profesionales apícolas: una Layens modificada del original de 10 ó 12 cuadros.

Es de madera o plástico, se coloca en el frente de la colmena, bien en la piquera (sin que el cajoncillo toque el suelo) o en una piquera suplementaria que se hace a media altura, para evitar más la humedad y los arrastres de restos que salen por la piquera.

Es importantísimo obtener un polen limpio de la trampa, eso ayudará mucho a su conservación y mejorará su calidad.

La trampa tiene una rejilla perforada de plástico, con agujeros de 4,5 mm, que bloquea el paso a la piquera. Cuando las abejas pasan por estas perforaciones, las pelotas de polen más gruesas caen sobre una chapa perforada (3 – 3, 5 mm), que no permite el paso de las abejas.

De allí pasan a un cajoncillo, que se desliza frontalmente, de donde se cosecha. El cajoncillo recolector suele tener el fondo, y  laterales, de chapa perforada, para disminuir la influencia negativa de la humedad sobre el polen y poderlos lavar  y mantenerlos limpios.

La trampa está cubierta con un tejadillo inclinado que evita la entrada de agua en el cajoncillo si llueve o hace rocío.

Detrás de la rejilla, en el espacio cerrado que queda entre esta y la piquera, se colocan unos agujeros, 2 , en los que se pone un trozo de tubo transparente u otro mecanismo que permita la salida de los zánganos al exterior y evite que puedan bloquear la rejilla por dentro, al atascarse en los agujeros de 4,5 mm de la rejilla. A pesar de esta medida es necesario limpiar ese espacio de la trampa periódicamente.

MANEJO

El manejo de la cosecha de polen necesita, primero, de un manejo de la colmena que la conduzca a tener población de abejas y mucha cría abierta, larvas, para estimular su instinto de recolección de polen. También es necesario que tenga una buena reina poniendo, ya que la trampa de polen no permitirá a las jóvenes reinas volver a su colmena después de los vuelos de fecundación.

También se ha de tener muy claro, que mientras estemos recolectando polen no podemos realizar tratamientos acaricidas dentro de la colmena, ya que la sustancia acaricida se queda impregnada en los pelos de la abeja y, por lo tanto, en el polen que se enganchará en ellos.

La trampa se coloca uno o dos días sin la rejilla, o con esta medio abierta, para permitir a las abejas que se acostumbren a entrar a través de ella.

El polen debe recogerse de la trampa a diario, para evitar que la acción conjunta de la humedad y la temperatura lo degrade (ataque de hongos microscópicos, fermentaciones por levaduras, …). En ambiente seco, y con un cajoncillo ventilado en el que no da el sol, ocasionalmente, puede recogerse cada dos días.

El polen recogido de la trampa puede pasarse a un cubo, siempre de plástico alimentario, y de allí a recipientes apilables de transporte que han de ser:

• De materiales de uso alimentario.
• de fácil limpieza y desinfección para que no acumulen contaminaciones
• apilables, para facilitar el almacenamiento y transporte
• poco profundos, para evitar que las pelotas de polen fresco se compacten y formen grumos

El polen recolectado ha de ir rápidamente a:

• El congelador -> polen fresco
• la estufa de secado/ secadero de polen

Cuanto más tiempo esté a temperatura ambiente sin secar o congelar, más se deteriora (crecen hongos microscópicos y levaduras), tanto el congelado como  el secado garantiza su conservación.

Si decidimos congelarlo

Si lo que decidimos es congelarlo, debe venir del campo bastante seco y hay que hacer una congelación rápida en capas finas, para después poderlo limpiar y eliminar el polvo.

Si decidimos secarlo

En la estufa se ha de colocar en bandejas de fondo perforado, para que pase el aire, en capas de no más de 2 cm.

Los secaderos de polen hacen pasar un flujo de aire seco a 40 º C, en continuo, para bajar la humedad de las pelotas recolectadas por las abejas al 8 % que garantiza su conservación.

Antes de sacar el polen del secadero es conveniente hacer pasar aire frío seco unos 10 – 14 minutos, para evitar que las pelotas salgan calientes y absorban humedad del ambiente.

Limpieza del polen

Al polen seco hay que quitarle el polvo de polen, los restos de abejas (patas, alas…), así como de otros restos vegetales que pueda arrastrar del campo. Para ello se puede hacer caer el polen desde una tolva a una corriente de aire que permita caer las pelotas y empuje las impurezas menos pesadas fuera del chorro de caída.

También puede eliminarse el polvo con una zaranda o una criba (cedazo) y eliminar a mano las impurezas que no cuelen, si es que nuestra recolección es pequeña o es de autoconsumo.

En los procesos industriales se hace pasar el polen seco por una cinta sin fin y de allí se aspiran las impurezas mediante un tubo de plástico conectado a un aspirador y se revisa toda la partida para dejarla perfecta.

La presencia de impurezas en el polen hace que se conserve peor y genera rechazos en el comercio.

Almacenamiento y envasado

El polen es un alimento muy atractivo para las polillas, los gorgojos, los ratones, por lo que hay que almacenarlo seco y limpio y debe hacerse en bidones herméticos, para evitar que pueda contaminarse. Normalmente, se utilizan bolsas de plástico grueso, dentro de los bidones, que se cerrarán herméticamente, para mejorar el aislamiento del polen de sus posibles atacantes.

Si lo que hacemos son partidas pequeñas podemos usar cubos blancos alimentarios, bolsa alimentaria y hacer lotes pequeños para ir usando y evitar las contaminaciones por polilla al abrirlos.

Si el polen está bien seco y aislado de sus atacantes, no tiene problemas de conservación. Tradicionalmente, para uso doméstico, se usaban hojas de laurel para ahuyentar la polilla.

Las empresas que trabajan con polen suelen introducir gas carbónico para conseguir una atmósfera inerte. Los grandes productores contratan empresas especializadas en el uso de biocidas para hacer un tratamiento en las zonas de almacenado.

La vida útil del polen de media se considera 1 año para el polen seco y congelado y dos años para el polen al vacío.

Recordar que todos los materiales que tocan el polen en el colmenar, traslado, proceso de secado y limpieza y envasado han de ser alimentarios y de fácil limpieza. Hay que tener un plan de limpieza estricto, y seguirlo.

Uso de Fosfato de Aluminio

Para asegurar que el polen esté libre de plagas, se puede utilizar fosfato de aluminio. Este método consiste en colocar tabletas de fosfato de aluminio en el bidón. Estas tabletas liberan gas fosfina al reaccionar con la humedad, eliminando todas las plagas presentes. Una vez completado el tratamiento, es fundamental ventilar y limpiar el polen para eliminar cualquier residuo de fosfina, garantizando así que el producto sea seguro para el consumo humano.

En la Unión Europea, su uso está regulado por la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) y debe realizarse por profesionales certificados.

COMERCIALIZACIÓN

La demanda de polen seco está, en el sector de dietética, para consumo directo como corrector de dietas. Existe también una demanda como corrector de piensos de animales de compañía, y otra independiente para el polen fresco en los criadores de abejorros para polinización.

Los envases que se utilizan al por mayor son los bidones metálicos estándar de 200 l., para 130-150 kg de polen y las cajas de cartón de 25 kg. Al consumidor directo, el polen suele llegarle envasado en el tarro de cristal estándar para 500 g de miel, con tapa de cierre twist-off, que contiene más de 200 g y menos de 250 g.

La mayoría del polen español se exporta, principalmente, a Asia.

Análisis de Calidad del Polen de Abeja

Para garantizar que el polen de abeja sea seguro y de alta calidad para el consumo humano, se deben realizar diversos análisis microbiológicos y químicos. A continuación, se detallan los principales aspectos a considerar:

Análisis Microbiológicos

Como complemento alimentario, el polen debe cumplir con las normativas microbiológicas establecidas por el Reglamento (CE) No 2073/2005 sobre los criterios microbiológicos aplicables a los productos alimenticios. Aunque no existen especificaciones exclusivas para el polen, es fundamental seguir estos criterios generales para asegurar su inocuidad:

• Salmonella: Debe estar ausente en el polen. La presencia de Salmonella indica una contaminación grave y puede causar infecciones alimentarias severas.

• Escherichia coli (E. coli): También debe estar ausente. E. coli es un indicador de contaminación fecal y su presencia puede implicar riesgos para la salud.

• Listeria monocytogenes: Aunque no es comúnmente analizado en el polen, la normativa establece un límite de 100 ufc/g. La presencia de Listeria puede ser peligrosa, especialmente para poblaciones vulnerables como niños, ancianos y personas con sistemas inmunitarios debilitados.

Análisis de Alcaloides

El polen español puede contener alcaloides pirrolizidínicos, especialmente en las variedades recolectadas de plantas de la familia Boraginaceae. Según el Reglamento (UE) No 2020/2040, el contenido máximo permitido de alcaloides pirrolizidínicos en el polen es de 500 μg/kg. Este control es crucial para evitar problemas de salud en los consumidores y asegurar la exportación del producto a la Unión Europea.

Análisis de Multirresiduos

Al igual que la miel, el polen debe someterse a pruebas para detectar la presencia de residuos de pesticidas y otros químicos. Estos análisis aseguran que el polen esté libre de contaminantes que puedan perjudicar la salud humana. Los límites máximos de residuos están regulados por normativas europeas y deben ser estrictamente controlados por los productores.

Aflatoxinas

Aunque actualmente no está regulada la presencia de aflatoxinas en el polen, es probable que futuras normativas establezcan límites para estos compuestos. Las aflatoxinas son toxinas producidas por ciertos tipos de moho y pueden ser carcinógenas. Es prudente comenzar a monitorizar su presencia para adelantarse a posibles regulaciones y garantizar la seguridad del producto.

Análisis Sensoriales

Finalmente, el polen debe cumplir con ciertos criterios sensoriales para ser aceptado en los mercados europeos. Esto incluye características como el sabor, el olor, el color y la textura, que deben ser agradables y consistentes con las expectativas del consumidor. Los análisis sensoriales ayudan a asegurar que el polen no solo sea seguro, sino también atractivo y de alta calidad para los clientes.

Implementación de Normas y Control de Calidad

Para cumplir con estos criterios, es esencial que las empresas establezcan sus propios estándares de calidad y realicen pruebas regulares en laboratorios acreditados. La implementación de un riguroso plan de control de calidad garantizará que el polen producido sea seguro, cumpla con las normativas y mantenga la confianza de los consumidores.

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Aquí te dejamos una demostración de una parte de la clase:

Fuentes

Pajuelo Consultores Apícolas, 2020

Bogdanov, E. 2017 http://www.bee-hexagon.net/files/file/fileE/Health/PollenBook2Review.pdf