A continuación, vamos a descubrir curiosidades sobre ella.
La abeja reina es la única hembra fértil de la colmena. Aunque por su nombre parece que sea la que tiene el mando de la colonia, realmente está controlada por las abejas obreras. Ellas son las que van a decidir cuándo criar una nueva reina y sustituir a la vieja.
Su papel principal es el de poner huevos, hasta 2.000 en un día. Además, es la encargada de dar cohesión a la colmena, ya que continuamente está emitiendo feromonas, principalmente segregadas por las glándulas mandibulares.
Cuando la colonia se queda huérfana o decide enjambrar, se deben crear nuevas reinas para poder sustituir a la anterior. Para ello, es necesario que haya en la colmena larvas de menos de tres días. La abeja reina es genéticamente igual a las abejas obreras, por lo que cualquier larva hembra tiene el potencial de convertirse en una reina. Entonces, ¿cuál es la diferencia? Para que una o varias larvas se desarrollen como reina deben ser alimentadas por las abejas nodrizas solamente con jalea real, a diferencia de sus hermanas obreras. Esta será su alimentación a lo largo de toda su vida.
Ciclo de vida
Nace a los 16 días aproximadamente. A los dos o tres días de la emergencia de la celda real, la reina está sexualmente activa y comienza a realizar vuelos de reconocimiento del terreno. A lo largo de los siguientes días, hasta como máximo tres semanas, tiene lugar la fecundación. Para que se dé, la meteorología debe ser favorable: mínimo 20 °C de temperatura, cielo despejado y poco viento. Hacia mediodía, la reina vuela hasta las áreas de congregación de zánganos. Allí es donde se reúnen estos a la espera de las reinas, ocupando una superficie de unos 100-200 m, a una altura de entre 5 y 40 m. Cuando detectan la feromona sexual que produce la hembra, la perseguirán y los de mayor capacidad de vuelo serán los que se apareen con ella.
La cópula tiene lugar en el vuelo y, tras el apareamiento, el aparato genital del macho se desgarra y queda dentro del de la reina, muriendo este poco después.
Una vez fecundada, la reina comienza con la puesta de huevos, normalmente en el centro de la colmena o en la zona más caliente, desde la parte central de los cuadros hacia el exterior. Con su primer par de patas, va reconociendo el tamaño de las celdas, en las que se depositará un huevo de obrera (fecundado) o un huevo de zángano (sin fecundar). La cantidad de huevos dependerá de la abundancia de polen y néctar exterior. En nuestra latitud, alcanza el máximo en primavera, disminuyendo en verano y aumentando de nuevo en otoño. En las explotaciones apícolas, si no se realiza recambio anual, la reina suele vivir 2 o 3 años.
En el caso de que la reina no se haya fecundado con suficiente número de machos y no tenga su espermateca llena, llegará un momento en el que solo podrá poner huevos haploides (sin fecundar) que darán lugar a zánganos, por lo que las obreras construirán de nuevo celdas reales para reemplazarla.
Morfología de la reina
Su aspecto varía en función de la edad. Cuando es joven, se parece mucho a las abejas obreras, pero cuando comienza con la puesta de huevos, su abdomen aumenta de tamaño y sus movimientos son más tranquilos que los de las otras abejas. Además, en su cabeza, posee unas mandíbulas muy desarrolladas y una lengua corta. Otra de las diferencias que podemos apreciar a simple vista es que posee un tórax de mayor tamaño y su tercer par de patas no tiene el cestillo del polen. Dos de las pistas que nos indican que la reina está envejeciendo es que su tórax pierde vellosidad y los extremos de sus alas aparecen desgastados. Al final del abdomen posee un aguijón liso con un saco de veneno para matar a otras reinas, pero a diferencia de las obreras, sin perder el aguijón y morir.
Aparte de las glándulas mandibulares muy desarrolladas, también su sistema reproductor tiene un gran tamaño, con unos grandes ovarios para producir los huevos y una espermateca. En ella se almacenan los espermatozoides de los distintos zánganos con los que ha copulado. En nuestras condiciones, la reina se aparea con unos 15-20 machos con el objetivo de limitar la consanguinidad y aumentar la diversidad genética de la colonia.
En función de la raza, también su aspecto será diferente. Incluso dentro de una misma raza, hay variedad de fenotipos. Nuestra abeja, Apis mellifera iberiensis, se caracteriza por su color negro, mientras que, por ejemplo, la abeja italiana (A. m. ligustica), tiene un color más amarillento. En ocasiones, si nuestro vecino compra reinas italianas, en nuestras colmenas aparecen abejas con alguna banda del abdomen amarilla. Esto es porque nuestras reinas se han cruzado con sus zánganos y lo vemos en la descendencia.
Marcado de reinas
En algunos manejos apícolas es conveniente encontrar la reina y saber qué edad tiene, por eso, muchos apicultores las marcan con colores. Con el fin de seguir el mismo criterio, existe un código de colores internacional: para los años terminados en 0 o 5 el color será el azul; para los terminados en 1 o 6, blanco; amarillo para los terminados en 2 o 7; rojo para los terminados en 3 u 8 y para los que acaban en 4 o 9, verde.
Actualmente, los criadores de reinas pueden seleccionar líneas de abejas con características determinadas, como puede ser más productoras de jalea real, de miel, con mayor comportamiento higiénico frente a varroa (líneas VSH), etc.
Cada vez más se valora, en ganadería, tener animales que resistan mejor las enfermedades. Eso también se está trabajando en apicultura, abejas con buen comportamiento higiénico en general y buen comportamiento higiénico sobre varroa.
Renovar reinas en este momento es imprescindible. Trabajar con buenas reinas jóvenes e ir mejorándolas o comprar líneas ya seleccionadas, garantizará mejores rendimientos de la explotación.
ISNI 0000 0005 1801 1100 | Joshua Ivars es gerente de LA TIENDA DEL APICULTOR y autor del blog, donde comparte contenido técnico y práctico para apicultores. Con amplia experiencia en el sector apícola, se dedica a ofrecer consejos y soluciones basadas en las necesidades reales del apicultor, aportando su conocimiento en productos y prácticas esenciales para la apicultura.